Desgraciadamente todo tiene un final:
Hace ya unas semanas (no se si unos meses) Ababol cerró su blog. Blog que para mi gusto era, que diantres, es una de las mejores cosas que he leído.
A modo de despedida le envié un mail qu ella amablemente respondió, lo cual me alegró bastante, además quedamos en que me haría de guía cuando fuera a visitarla y así también podré conocerla, alqo que he querido hacer desde el primer día que leí su blog, mas o menos cuando yo empezaba este.
Pese a todo entendía por que cerraba el blog y con el, seguramente, un ciclo. Es algo que todos hacemos varias veces a lo largo de nuestra vida, cuando decidimos cambiar de ciudad o de trabajo e, incluso, de amistades o pareja.
Con todo esto hace solo unos días que me he dado cuenta que la hecho de menos. Y no al blog, ni a sus textos si no a ella, y lo que representaba. Una persona desconocida a cientos de kilometros de distancia que era capaz de hacerme sonreir, arrancarme una lagrimas, suscitarme admiración o curiosidad, excetitarme, hacerme aprender, enseñarme cosas nuevas... y solo con un poco de texto y algunas fotos (de gran calidad, añadiré).
Es curioso el extraño poder que destila la blogosfera, capaz, como el ser humano, de lo mejor y de lo peor al mismo tiempo. Pero estamos hablando de esa parte mejor así que me he visto en la obligación de, a titulo póstumo, hacer un homenaje a una de mis mayores influencias de los últimos tiempos:
In memoriam El Diario de Ababol
miércoles, agosto 06, 2008
In memoriam
Publicado por
Yurian
en
11:04 p. m.
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