jueves, septiembre 06, 2007

Oda al desengaño.

Me resulta inutil, un deliz del destino cruel
los optimistas diran como siempre que de esto se puede aprender
los pesimistas que otro palo mas, que se le va a hacer
los realistas que lo debería haber podido ver.

Me resulta estupido, querer pensar que no hice bien
que es cierto, quizá me equivoqué, lo sé
pero es mi forma de hacer las cosas, pensé
si voy a caer al menos quiero hacerlo bien.

Volveré, si supongo que volveré
a soltar mi flequillo, para que ondee
para que rete al viento a un duelo que se
que no puedo ganar, que he de perder.

Andar, hacia adelante, es seguramente lo mejor
segun gritan los expertos a su sirviente teleespectador
pero andar en circulos es mas comun, menos valiente, mas traidor
volver cada dia dos veces al mismo punto como agujas de reloj.

Respirar es un incierto deber para conmigo
si no te quieres quedar yo solito me suicido
para verme resucitar, al rato, como te lo digo
al grito de Lazaro levántate que tengo que limpiar ese camino.

A la muerte le dedicaría yo un par de canciones
sobre las dudas austeras, sobre las vacilaciones
y la invitaría a bailar, como es mas lógico
el tango de la muerte, en plan estoico.

Con una rosa espinada que mordiera
y de roja sangre me cubriera
la sonrisa, la barbilla, la pechera
las heridas mas sangrantes, las barreras.

Y al terminar, con un maestro movimiento, negar su abrazo
al grito de, lo siento nena, yo es que paso
e irme a bailar in bals sobre las aceras
diciendo al mundo que me pido a la mas fea.